Descubrieron que las trufas de diferentes países tenían diferentes niveles de estroncio, bario, vanadio, plomo, níquel y cromo; diferentes razones de bario/calcio y de estroncio/calcio; y diferentes proporciones de isótopos estables de oxígeno y carbono. En 2017, un mal año por las sequías, la mayor de las trufas blancas subastadas en la feria con un tamaño de 850 gramos alcanzó los 75.000 euros. El año pasado, en una subasta en Alba, Italia, un espécimen de poco más de medio kilo alcanzó un precio récord de 184 mil euros (casi 200 mil dólares). Si quieres disfrutar del exquisito sabor de las trufas frescas durante todo el año y explorar una amplia variedad de productos elaborados con trufa, así como una selección de setas, te invitamos a visitar La Casa de las Setas. Así lo saben bien en Encitruf, una empresa que se dedica al turismo centrado en la trufa, con visitas a cazar trufas acompañados de su perra Luna o su popular cerdita llamada Bulla. Para volverse respetable aun en el ejercicio de la difamación, Zoilo contaba con esa calva sublime que ha pasado a la posteridad, y esa barba de Termosiris que en largas madejas blancas se le descuelga por el pecho hasta el ombligo.
Entre los idólatras mismos la más innegable de las divinidades era la Fortuna: Sila cargaba al pecho una imagen de esta diosa, y sabido es que se llamaba feliz, atribuyendo a una ley providencial sus triunfos y felicidades, y de ningún modo a las concepciones de su entendimiento ni a la fuerza de su brazo. Sin embargo, a pesar de los esfuerzos por migrar y cultivar trufas blancas, tienden a ser un poco tercas y rara vez se encuentran más allá de las partes de Piamonte y Toscana de Italia y el sur de Francia. Sirvió de esbirro, de verdugo a otro tirano; vivió del tablaje y la estafa; ni pundonor como soldado, ni hazañas de valiente: pereza y ociosidad, subiendo y bajando por ese cuerpo desmedido, le tienen a mediodía en el lecho, dormida el alma a las sensaciones y los cuidados del ser inteligente. Piamonte, en el norte de Italia, y las más famosas son las procedentes de las ciudades de Alba y Asti.
Las trufas son hongos ascomicetos, pertenecientes a la familia Tuberaceae y al género Tuber, que no están comprendidos dentro del grupo de las setas propiamente dichas (basidiomicetos), diferenciándose de éstas principalmente porque sus esporas se forman en el interior de las ascas (células en forma de sacos que dan origen al nombre de ascomicetos). Job, viejo, pobre, dejado de todos; enfermo, víctima de mil dolencias e imposibilidades, lleva vividas muchas vidas, en las cuales ha sido, según la idea de Jámblico, afortunado desde luego, después feliz como lo entiende el mundo, a manta de Dios en esto de riquezas y placeres, que son cartas desaforadas para con el padre de las virtudes. Las razas que presentan esta anatomía son el bóxer, bulldogs, pequinés, etc. Sus precios altos se derivan de la difícil manera de cultivo, pues para que este tipo de hongo crezca, el terreno tiene que ser sombrío, se deben de producir pocas oscilaciones térmicas y las lluvias deben ser abundantes durante el verano para que en otoño e invierno se puedan cosechar.
Esta variante de trufa nunca ha podido ser cultivada, hecho que le otorga un plus de exclusividad y misterio. ¿no sabe que faldas sin copas no son sombreros? Este como hipopótamo de carne humana no sabe leer ni escribir, no tiene idea del mérito; el bien y el mal no son nada sino con relación a su propia conveniencia: Estado, gobierno, leyes, cosas para él de significación ninguna; acciones, no sino malas en su vida; antecedentes, infames; esperanzas, para su patria la ruina; para él, el cadalso. Tragedia cuya fuente es la Biblia, Atalía es un monumento religioso: el templo de Salomón, Acab, la reina perseguidora de Dios; idólatras, judíos; las pasiones más profundas del género humano puestas en giro con habilidad maravillosa; poesía que corre a torrentes de la cumbre del Oreb; versos de cadencia pura; sentimientos del ánimo, como si los hombres fueran todos réprobos o santos; catástrofes estupendas; lenguaje inimitable: he aquí Atalía, he aquí el poeta que la compuso. En los tiempos modernos Shakespeare es el intérprete más poderoso de las pasiones mundanas, el gran levita del terrenal amor; Racine, en Atalía, es el poeta de las pasiones divinas. Job había pasado por muchas vidas, según el filósofo nigromante: hallábase a las puertas del descanso eterno y raspándose con una teja la lepra en la calle; repudiado de su esposa, abandonado de sus hijos, olvidado de sus amigos en medio del suplicio del alma y el corazón; enfermo el cuerpo, sus harapos revueltos en inmundicia; llagas puras los miembros; sin pan contra el hambre, sin agua contra la sed; clavado en un potro, y volviendo los ojos a Dios, es el emblema de la paciencia y el reflejo de la gloria fundido en una aureola de esperanza.