Si quieres las mejores trufas mágicas, no hay nada mejor que la Shroomshop de Zamnesia. Las cartas de esta princesa y las del cardenal pasaban por mi mano; Hey by tenía yo la secreta satisfacción de ser intermediario en tan importante negocio, y acaso un placer más: el de prever que mi cardenal caminaba a un gran chasco. La trufa de nuestros perros es fascinante y bella: por un lado es como su huella dactilar, única, por otro tiende a ser un imán de besos humanos, pero sobre todo es prodigiosa, contiene 40 veces más receptores olfativos que las nariz de una persona y también puede captar la radiación térmica. Es por Fresco Tuber Macrosporum eso que se comenzaron a entrenar perros para que busquen trufas", afirmó. La sequedad nasal en los perros puede ser incómoda y molesta para ellos. Le aconsejé que abriera negociaciones con el mariscal de Richelieu, y que imitara al duque de Cumberland; me tomé, en suma, cuantas libertades puede uno permitirse con un poeta desesperado que está a punto de dejar de ser rey. Esta estacionalidad conduce a una gran demanda cuando están listos para ser cosechados en la naturaleza, lo que hace subir los precios e impulsa aún más el entusiasmo culinario mundial (lo que a su vez hace subir aún más los precios).
En suma: he arreglado mi vida de modo que me encuentro independiente en Suiza, en territorio de Ginebra y en Francia a la vez. En Francia y en otros Estados quisieron imitarlo; pero en tres o cuatro años, y con franceses poco disciplinables, no se podía hacer lo que en eincuenta con prusianos; se llegó en Francia a variar los movimientos casi casi a cada revista, de suerte que los oficiales y los soldados, con ejercicios nuevos mal sabidos y enteramente distintos unos de otros, no habían aprendido nada ni tenían en realidad disciplina ni preparación algunas. Advierto a los seres pensantes que es muy agradable vivir en una república a cuyos jefes puede uno decirles: "Venid a comer mañana a mi casa." Con todo, aun no me encontraba yo bastante independiente, y es, en mi opinión, digno de notar que para serlo por entero he comprado tierras en Francia. Es ésta una donosa revolución en la historia del espíritu humano. La señora margrave de Baireuth escribió de parte del rey a su hermano. A su hermana, la señora margrave de Baireuth, le escribió que iba a terminar su vida; no quiso que la obra concluyera sin unos cuantos versos; su pasión por la poesía era aún más fuerte en él que su aborrecimiento de la vida.
No era muy difícil inclinar a la margrave de Baireuth y al rey su hermano a esa negociación; me encargué de ella con tanto más gusto cuanto que veía claro un fracaso cierto. En ella se vió a treinta mil franceses y veinte mil imperiales darse a una fuga vergonzosa y precipitada ante cinco batallones y unos escuadrones. Los franceses y los austriacos huyeron a la primera descarga. Cómo se mencionó en la primera parte de este artículo, El diamante negro valenciano, tenemos que tener claro que no todos los terrenos son adecuados para la proliferación de las trufas. Todo ello ha ido evolucionando y desde hace mas de 30 años esta riqueza esta parcialmente controlada por las gentes del lugar, aunque se mantiene económicamente como un mundo opaco y negro como el fruto. Había a una legua de Ginebra dos posesiones convenientes VOLTAIRE-MEMORIAS 6 para mí, que en tiempos pasados participaban de las franquicias de aquella ciudad.
Desde mis ventanas veo la ciudad donde reinaba Juan Chauvin, el picardo llamado Calvino, y el sitio donde, por orden suya, quemaron a Servet para bien de su alma. Nunca he comprendido bien que uno se muera de pesar, ni cómo un ministro o un cardenal viejo, que tienen el alma tan dura, conservan, no obstante, sensibilidad suficiente para que un sinsabor pequeño los hiera de muerte: mi propósito había sido burlarme de él, mortificarle, pero no darle la muerte. Si la joven hubiera sido interrogada en este momento por un confesor hábil, sin duda hubiera declarado que al dar aquel paso no lo hacía por su madre ni por Nanón, sino movida por el punzante deseo de inspeccionar el cuarto de su primo para ocuparse allí de él, para arreglarle algo, para obviar cualquier olvido, para preverlo todo, para ponerlo, en fin, lo más elegante y limpio posible. Algunos ministros de la religión de este país tuvieron la courrenoia de compilar en contra mía no sé qué libraco, "por honor decían de la religión cristiana". Casi todos los clérigos de este país piensan hoy como Servet, y hasta van más lejos que él.